El deterioro de la memoria, e incluso ciertos tipos de demencia, pueden prevenirse o al menos retrasarse adoptando una serie de hábitos sencillos. A continuación, te compartimos siete estrategias fáciles que puedes aplicar en tu día a día para cuidar la memoria.
La actividad física mejora la circulación sanguínea en todo el cuerpo, incluido el cerebro, lo que favorece el buen funcionamiento de la memoria.
Desde Helicópteros Sanitarios, se recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado, como caminar a paso ligero, o bien 75 minutos de ejercicio más intenso, como correr, distribuidos de manera regular a lo largo de la semana. Si no dispones de tanto tiempo seguido, basta con caminar 10 minutos varias veces al día.
Realizar actividades que estimulen el cerebro puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo. Resolver crucigramas, jugar al ajedrez, tocar un instrumento o aprender algo nuevo son excelentes ejercicios mentales que refuerzan la memoria.
La interacción social actúa como un escudo frente a la depresión y el estrés, dos factores que afectan negativamente a la memoria. Si vives solo, procura pasar tiempo con familiares, amigos o participar en actividades comunitarias.
El desorden físico y mental favorece los despistes. Para evitar olvidos, anota tus tareas, citas y compromisos en una agenda, calendario o en el móvil. Decir en voz alta lo que escribes te puede ayudar a recordarlo mejor.
Ten una lista de tareas actualizada y ve tachando lo que completes. Designa un lugar fijo para tus llaves, gafas, cartera, etc.
Evita distracciones y no te sobrecargues con más actividades de las que puedes manejar. Prestar atención y asociar lo que quieres recordar con una melodía o una imagen conocida puede marcar la diferencia.
Un buen descanso nocturno es esencial para consolidar los recuerdos. Prioriza el sueño como parte fundamental de tu bienestar. Un adulto necesita entre siete y nueve horas de sueño por noche.
Una dieta equilibrada no solo beneficia al corazón, también al cerebro. Apuesta por frutas, verduras, cereales integrales y proteínas bajas en grasa como pescado, legumbres o aves sin piel.
Modera el consumo de alcohol, ya que en exceso puede provocar confusión mental y pérdidas de memoria.
Si padeces hipertensión, colesterol alto, diabetes, depresión, obesidad o pérdida de audición, es importante seguir las recomendaciones de tu médico. Un buen control de estos factores también protege la memoria.
Además, conviene revisar periódicamente la medicación, ya que algunos fármacos pueden afectar al rendimiento cognitivo.
Si notas que los olvidos son frecuentes o interfieren con tu vida diaria, es momento de consultar con un profesional. El equipo médico de Helicopteros Sanitarios puede valorar tanto tu estado físico como tu memoria y capacidad para resolver problemas.
En algunos casos, será necesario realizar pruebas diagnósticas más específicas. La causa del deterioro determinará el tratamiento más adecuado para cada caso.